Es muy habitual, cuando se posee una propiedad de forma colectiva, que una parte se enfrente a un embargo del inmueble proindiviso. Esto supone la intervención del poder judicial en el patrimonio común. Si bien es cierto, como verás más adelante, que tan solo las participaciones del deudor podrán ser sometidas a embargo.
Ejemplo de embargo de inmueble proindiviso
Para que te queda clara la naturaleza de esta situación tan común, considera el siguiente ejemplo. Cuatro hermanos son propietarios de un inmueble en régimen proindiviso proveniente de la herencia de su madre. Uno de los hermanos contrae deudas con alguna entidad bancaria debido a la mala coyuntura económica y como resultado, tras la fase de negociación de su deuda resulta demandado por el banco, quedando obligado a hacerse cargo del importe adeudado más las costas del proceso judicial.
Ante la imposibilidad de pagar sus deudas, sus bienes son embargados por el juzgado en favor del acreedor. En este caso es un banco, pero podría ser otro organismo de carácter público o privado.
Esto tiene como consecuencia de giro en la titularidad compartida de la propiedad. Esta requiere de nuevos acuerdos en caso de que alguno de los propietarios quiera una extinción del proindiviso, algo muy frecuente cuando en un entorno familiar se introduce un socio externo de carácter mercantil como puede ser un banco o la propia administración española.
¿Qué hacer para extinguir proindivisos inmobiliarios?
Las alternativas que tienen copropietarios de un bien raíz embargado son pocas y no son demasiado halagüeñas.
Por un lado, pueden promover la división de la propiedad sacándola a subasta pública. No obstante, es bastante difícil conseguir que una organización o un particular se haga cargo de proindivisos inmobiliarios con cargas. Por otro, se puede intentar vender el bien a un tercero. En este caso sería necesario encontrar a alguien que esté dispuesto a soportar la deuda.
Existe una tercera vía para desplazar la titularidad de un inmueble embargado libre de cargas.
Consiste en sugerir al acreedor que ponga en marcha un procedimiento de ejecución para llevar a cabo su venta forzada. Así, el dinero obtenido contrarrestaría el importe adeudado, quedando el resto de propietarios satisfechos con la compensación económica recibida.
Sin embargo, para llevar a cabo este proceso, los copropietarios se encuentran en manos del acreedor y de su buena fé, de modo que en el mejor de los casos se podría optar por la tercera vía, aunque en otros, el final puede ser mucho menos deseable. Y es que ciertas entidades utilizan el embargo de proindivisos para establecer una posición de fuerza. De esta manera en un futuro pueden adquirir el total de la vivienda o finca por mucho menos de su valor de mercado.
Otro desenlace posible es que los involucrados no estén dispuestos a vender en ningún caso. De esta manera, la situación se podría prolongar indefinidamente si la parte acreedora no toma medidas para forzar la venta.
Hasta aquí llegó nuestro análisis de una realidad más frecuente de lo que imaginas. Si te encuentras en una situación similar de embargo de un inmueble proindiviso, puedes ponerte en contacto con nosotros, somos expertos en extinciones de proindivisos inmobiliarios, sean cuales sean las condiciones en las que se encuentra.